Me encanta bailar. He bailado disco para poner la camisa a escurrir. Me lo he pasado de miedo con los bailes de salón (aunque apenas conseguí bailar merengue y algo de salsa): así aprendí el placer de bailar con otro. Y la experiencia con las Danzas del Mundo ha sido inenarrable: conocí la sensaión de unión de la danza. Escuchar el mp3
No puedo soportar no tener alas no poder elevarme en la mañana
llevado en brazos del viento sobre la montaña.
No soporto esta piedra llamada cuerpo
este ancla lastrada que impide el vuelo
este monton de huesos que me ata al suelo.
No puedo, no quiero, no cejo y no me rindo
y por eso baila mi pobre cuerpo
por despegar y por sentirse
unos centímetros más cerca del cielo.
Y por eso amo y te busco en silencio
por dejar que mi cuerpo olvide que es cuerpo
y creer que es aire, alma implosiva sin freno.
Y por eso te beso: por salir de este cuerpo a dar una vuelta por tu cuerpo sereno
y porque me quieras un poco y me erices el vello.
Donde aprendí lo que sé no enseñaban a volar
y ya bastante me cuesta ponerme a andar
miro al cielo a sabiendas
de que no podré despegar.
(Octubre 1999)
Esta canción está dedicada a Miguel, hijo de Miguel y Laura, y con él a todos esos niños que llevan el hombre o la mujer en la mirada y de mayores llevarán el niño en ella. Los niños de tres años son como muñecotes pero ya tienen caracter. Son muy lindos.
Escuchar audio. La alegría cuelga de tu risa; la alegría cuelga de tu risa; en cada uno de tus dientecitos, que brillan limpios, desinhibidos, espantando miedos escondidos. La vida yo no la tengo que buscar; la vida yo no la tengo que buscar; está en tus brazos valientes, está en tus carreras frecuentes detrás de cada cosa que se mueve. Toda la sabiduría que guarda cada libro que aún no he leido no se puede comparar con la risa y con el llanto que llevas contigo, que llevas contigo, que llevas contigo. Tengo la belleza a salvo de ladrones; tengo la belleza a salvo de ladrones, pero no la guardo bajo la almohada sino en cada una de tus miradas, sino en cada una de tus miradas. La dulzura la atesoro con cuidado; la dulzura la atesoro con cuidado; la recojo como polvo de oro cada vez que hablan tus ojos y la vigilo cerrando mis ojos. Tus tres inviernos me calientan, tus tres veranos me esperanzan; tus tres otoños y primaveras me aseguran que hay mañana; que hay mañana. (Octubre 1999)
La ETA acababa de anunciar que volvía a los atentados. Escuchar audio Quiero levantarme una mañana de otoño
y ver campos escarchados arropados con bruma;
el frio en mi mejilla me dirá buenos dias,
recordándome que todavía,
todavía estoy vivo.
Quiero dejar la taza de café sobre la mesa,
alzar la vista y ver a la gente charlando,
jugando a las cartas, riendo a mi alrededor,
demostrando que todavía,
todavía estamos vivos.
Cada dia soy consciente y me duele un poco aquí,
donde hirió el amor;
pero el dolor me habla y me cuenta la verdad
y ya no hay temor, ya no hay temor.
Quiero oir los gritos de los niños fugaces
Que, como mundos en crecimiento, buyen,
chocan, lloran y ríen, sin saber qué hay después
regalándome el que todavia,
todavia este vivo.
Quiero que siga habiendo mercado cada dia
y que las abuelas se arreglen para buscar la comida,
luchando con el carro, las escaleras y la artrosis,
demostrándome que todavía,
todavía están vivas
(Noviembre 1999)
La ciudad no es para los ancianos. Por lo menos la ciudad que nosotros vivimos. Ellos viven a las horas en que los histéricos, los neuróticos, los ansiosos, luchamos en la oficina. Y están solos. Únicamente las miradas sobre los niños cuando no llueve les puede dar vida, si es que no se les ha muerto la ilusión. Pero en ese mundo a salvo de oficinas y obras se descubre la fuerza que aún perdura en su mirada, la comprensión en su sonrisa y la ternura en sus manos arrugadas pero cálidas.
Baja por la escalera del mercado tirando de un carrito de la compra que se empeña en desmandarse a cada paso porque no puede ya con tantas bolsas.
Se aferra a la barra salvadora que la mantiene unida a tierra firme como una barquita entre las olas como una naúfraga que aún resiste.
Es la abuela que espera a sus nietos; es la vieja que evoca a sus muertos es la anciana que agarra la vida y la mujer que todavía palpita.
Para ella todo son cuestas arriba y cada día trae una nueva batalla; las colas eternas son sus enemigas; los coches, las obras y las amas de casa.
El mundo pelea en torres gigantes, comerciando con la pensión que ella tiene y ella se sienta un momento en el parque a compartir el sol con los niños que crecen.
Puedes vivir años con alguien y no darle nada y no recibir nada. Con poquito de sorna, reflejo que para aguantar una relación de pareja hace falta mucha paciencia. Escuchar audio
Pasó conmigo la mitad de su cielo
y yo con ella la mitad de mi infierno;
al fin nos fuimos cada uno por su lado:
yo a mi infierno, ella a su cielo.
Vacié con ella la mitad de mi odio
y ella me dio la mitad de su gozo
al fin rompimos, cansados y aburridos:
yo de su gozo, ella de mi odio.
Aun no he podido superar el fracaso
que me supuso todo lo pasado;
cuando se cruzan dos almas pendientes
de no entregarse para no perderse.
Gastó conmigo la mitad de su saliva
y yo sólo gasté excusas y mentiras;
al fin se dió cuenta de que estaba casi seca;
me ahorró su saliva, le ahorré mis mentiras.
Aun no he podido superar el fracaso
que me supuso todo lo pasado;
cuando se cruzan dos almas pendientes
de no entregarse para no perderse.
De vez en cuando hay que reconocer que lo que hacemos quizá sea muy pretencioso y no somos quienes para dar lecciones a nadie. Escuchar audio Canto y digo cosas
que me parecen importantes
expreso sensaciones
que quiero que captes
pero no creas
que consigo conectar.
Declaro unos principios
que no sigo a cada momento
condeno pecados
que aún me quitan el sueño
y no siempre
consigo controlar.
No creas que lo consigo
a veces parece un contrasentido
que lo digo y no lo siento,
que lo pido y no lo puedo dar.
Realmente a nadie exijo
hago preguntas que me inquietan
y a veces compongo
lo que son posibles respuestas
y no siempre
descubren la verdad.
Canto pero no creas
que estoy seguro de nada
vislumbro salidas
pero aun tengo que alcanzarlas
y no siempre
creo posible llegar.
Y una vez en la salida
queda todavía cruzar la linea
dar el primer paso
a lo bueno y malo que la vida traerá.
¿Cuánto tiempo llevo esperando a que alguien me saque de esta carcel? Escuchar audio
Sigo en mi cubo
donde tus manos no llegan
donde pensamientos
crean cuerda tras cuerda
que me ata.
Sigo callando
digo palabras que parecen
ciertos sentimientos
pero son solo paredes
de esta casa.
Esta casa está hecha de temores
canciones de otros que prestan olores
ni es mio el espejo de la entrada
ni la ropa que hay en los cajones.
Salgo despacio
miro afuera vigilante
pero no me atrevo
a seguir adelante
cerrar la puerta...
...tras de mí.
De vez en cuando alguien llama a la puerta
yo no firmo nada, no compro enciclopedias
si es alguien que solo quiere visitarme
le digo que tengo mis propios problemas.
Pero lo se
y quizá saberlo
me ayude
a romper
a abrir, salir, cerrar
y vivir.
(20 de Enero de 2001)
La Aurora limpia los restos de malos sueños de nuestros ojos. De pronto todo cambió. Nunca supiste muy bien cómo. Quizá fuiste tú mismo que ya podías sentir. Escuchar audio
Incluyo mi primer concierto en Libertad8 en 2014
Este es es de la presentación de Hondo, con Fernando Bárcena, Rafa y mi hermano Jose Andrés
El dia empezaba azul,
la mañana era normal;
nada hacía presagiar
que precisamente tú
barrerías de la calle
las oscuras existencias,
los cristales rotos
y mi angústia.
Apareciste de la nada,
entre sombra y luz;
al abrirse la quietud
te dejó en libertad
y volaste los tejados
y limpiaste mi mirada;
me dolieron los ojos
de tanta belleza.
Tú me guiabas en mi soñar;
yo te seguía hacia el mar;
cuando quise recordar
no había nada antes
de tí.
La historia la escriben los ganadores. La vida la escribimos todos y esa es la que hace avanzar al ser humano. Escuchar el mp3 Venimos de las ocasiones perdidas a manos de aquel
que supo pisar más fuerte o quizá ganarnos bien.
Venimos de las citas incumplidas por los que o no creyeron en el amor
o no supieron llegar a tiempo o escuchar a su corazón.
Vagabundos del tiempo, conseguimos perder el tren
a pesar de las advertencias, cada dia, una y otra vez.
Nos sentamos en los parques y miramos a la gente feliz
pero no a esos que lo simulan sino a esos otros que han visto al fin.
Pordioseros, pedigüeños, aún tendemos la mano, falsamente sumisos,
pedimos de amor unas migas, una sonrisa, un gesto de cariño.
Hemos perdido la historia
así que otros la escribirán
pero nos queda la vida,
sólo nos queda la vida
como última verdad.
Nos preguntamos cómo podríamos alcanzar esas estrellas de luz
que revolotean en algunas miradas, uniéndoles al cielo azul.
Hemos perdido la historia
así que otros la escribirán
pero nos queda la vida,
sólo nos queda la vida
como última verdad.